el silencio del trauma

El silencio perpetúa el trauma y profundiza la herida

24/10/2022

Calla, no pienses en ello, pasa página, no llores, piensa en otra cosa, y muchas más frases como estas las escuchamos de los que más nos quieren en momentos difíciles o situaciones que parecen insoportables, con una buena intención porque con ellas intentan salvarnos del sufrimiento, creyendo que es la mejor forma de protegernos.

Y así la persona termina por callar, intentando no pensar ni hablar de aquello que le ha sucedido, y termina por creer que el silencio es la mejor vía para lograr sentirse mejor.

Pero en realidad, el silencio  resulta más traumático que la experiencia misma, el silencio hace que aquella herida se haga más profunda. Esa voz que ha sido silenciada, necesita salir de alguna manera, y ese silencio con el tiempo se convierte en un síntoma físico, una conducta inapropiada o en enfermedad mental.  

Begoña Aznárez explica el trauma psíquico como la herida resultante de verse obligado a callar: “Traumático es que sus experiencias no sean vistas, legitimadas, escuchadas y sostenidas. Traumático es que su voz sea silenciada. Traumático es tener que protegerse a través de la división (o disociación), el síntoma o la locura”.

Es necesario compartir, hablar, ser escuchado. Necesitamos a un otro que contenga, escuche, acompañe y nos ayude a comprender y traducir esa realidad que duele y darle un nuevo significado. Necesitamos dar un espacio al dolor, al sufrimiento, al llanto, transitar las tristezas y los duelos, integrar ese dolor a nuestra vida presente y transformarlo en fortalezas, sueños y proyectos.

Expresar por medio del arte nos ayuda a decir eso que no tiene palabras, eso que resulta muy difícil de verbalizar o que no sabemos explicar. Por medio del arte podemos decir lo que pensábamos que era imposible de nombrar. 

“Los procesos creadores ofrecen la capacidad de reprocesar el sufrimiento enquistado de forma, si no indolora, al menos con un grado menor de desbordamiento... Gracias a la capacidad estructuradora del arte, podemos perdonarnos, comprendernos, revisitarnos y desde el aquí y ahora, aportar palabras de afecto a aquel yo que se derrumbó de dolor en el pasado”. (Marián López Fernández Cao)